Pedagogía de
naturaleza: una herramienta para la felicidad de los niños, la conservación y la
regeneración de la naturaleza.
Todos fuimos
niñas y niños y de alguna manera, esta etapa nos marcó. Nos dejó sentimientos de todo
tipo, a algunos más alegres que otros, pero finalmente fue determinante para
comprender el ser que ahora somos. Este curso fue creado con la intención de
mover emociones a la vez que aportar herramientas académicas y crear un espacio
de encuentro e interacción de maestros y madres-padres-abuelos-hermanos que
quieren contribuir a la felicidad y plenitud de los niños.
Sin importar nuestro país de origen, cultura, condición económica, política o religiosa, la
naturaleza nos acompañó de una forma nítida en esta fase de nuestras vidas, sea
porque estuvo muy presente o quizá porque nos ha hecho falta. El instinto biológico
nos une a los bosques, a las plantas y otros seres con los que tenemos una
relación evolutiva. Somos plantas, hongos, tierra, minerales y también somos animales.
Estamos genéticamente unidos a los ecosistemas y de ellos nos sustentamos.
Lamentablemente, estamos destruyendo nuestro propio patrimonio natural por la
manera en que vivimos y explotamos la naturaleza, en lugar de aprovecharla de
manera respetuosa.
Si bien hay un
distanciamiento causado por el uso excesivo de tecnología, esta separación es
artificial porque nuestra vida depende de elementos naturales como el agua, la
tierra que nos proporciona alimentos, materias primas y oxígeno para respirar.
Trepar un árbol,
nadar en un río cristalino, sentir el sol y el aire puro deberían ser derechos
universales de los niños y de todo ser humano. Sin embargo, en muchas ciudades (y
también en el campo) ya no es posible que esto suceda. Necesitamos encontrar
formas de conectar a los niños a la naturaleza, aun con recursos limitados. Incluso podemos contribuir a crear nuevos espacios de vegetación dentro y fuera
del espacio escolar.
Muchos de
nuestros niños hoy están sin naturaleza y expuestos a la contaminación y la
mala alimentación, lo que ha incrementado enfermedades como alergias o asma
y, combinado con el bajo nivel de movilidad, la obesidad y diabetes.
Sabemos que un
curso de Pedagogía de Naturaleza no va a resolver los graves problemas que
aquejan a la niñez mexicana y mundial. Sin embargo, sí buscamos contribuir con una
herramienta dinámica para promover la sensibilización de la niñez y el amor por
la naturaleza. Tal amor surge del contacto y conocimiento de esta, sobre todo a
través del descubrimiento, la sorpresa y el interiorizar experiencias de
plenitud y disfrute.
Esperamos que el
curso, además de promover el uso de herramientas tecnológicas como Naturalista,
mapeo escolar y bibliotecas virtuales de fotos y sonidos de la naturaleza,
también siembre la semilla en los maestros y alumnos para generar contacto y
responsabilidad con los ecosistemas.
Esta es la
primera edición del curso y se espera que año con año pueda enriquecerse,
cambiar de forma y adecuarse a las necesidades y aspiraciones de los maestros,
educadores y tomadores de decisiones a nivel educativo. Es un curso hecho por profesionales
de las ciencias pero también artistas y sobre todo seres humanos ocupados por
proponer nuevas formas de relacionarnos con la naturaleza; por ello los
maestros, porque a través de estos seres que marcan vidas, se puede llegar a
cientos y miles de niños.